El buceo es una maravillosa disciplina que se practica bajo el agua y que nos ofrece sensaciones únicas. Los que pasan la barrera del bautismo suelen quedarse enamorados de ella y continúan mejorando sus habilidades hasta alcanzar nuevos retos.
La botella es un elemento fundamental a la hora de realizar inmersiones, pues en ella se contienen los gases necesarios para que el deportista pueda respirar bajo el agua. En esta modalidad de buceo, como suele ocurrir en todas, hay una máxima profundidad que puedes alcanzar.
¿Quieres saber un poco más sobre las diferentes profundidades del buceo?, ¿cuáles son los límites que están estipulados? En este artículo te contamos todo para que puedas familiarizarte con una de las actividades más bonitas que puedes realizar en la naturaleza.
El buceo con aire comprimido se denomina como buceo de profundidad, por lo que suele ser el más deseado por los que aman los descensos. En esta modalidad hay un máximo permitido que oscila entre los 60 y 65 metros para que pueda llevarse a cabo con seguridad. Esto es as fundamentalmente para el común de los mortales.
Sin embargo, hay héroes en la historia que se han preparado a conciencia durante años y han superado récords inimaginables, son los que llegaron a descender a lo más profundo. ¿Quieres conocer los mayores hitos actuales?, ¿cuáles son las máximas profundidades que se han podido conquistar? Te contamos los logros más impresionantes que están registrados como récords máximos.
El egipcio Ahmed Gabr batió dos récords de buceo: la inmersión más profunda y la más profunda en agua de mar. El deportista comenzó su trayectoria bajo el mar a una edad muy temprana, pues adquirió una pasión excepcional por este entorno desde su infancia. Con el paso del tiempo hizo de su afición una profesión y se certificó como buzo de combate en los Estados Unidos, de hecho, es el único con esta habilitación en todo Oriente Medio. El 18 de septiembre de 2014 se adentró en las aguas del Mar Rojo de Dahab, Egipto, para descender hasta los 332,35 metros (1.090 pies y 4,5 pulgadas). La bajada a tal profundidad transcurrió en solo 15 minutos, mientras que el regreso costó 13 horas a causa de la presión.
Karen Van Den Oever es una exploradora de Sudáfrica que siente una gran pasión por el mar, algo tremendamente vinculado con su carrera profesional. Estudió ciencias en la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, Sudáfrica y allí fue miembro del Club Subacuático de la Universidad. Su trayectoria la llevó a convertirse en instructora de buceo CMAS y, posteriormente, a batir un gran récord. El 27 de octubre de 2022 se introdujo en la cueva de Boesmansgat, en Cabo Norte, Sudáfrica, llegando a una profundidad de 246,56 metros (808 pies). No fue sin dificultad, pues en esta aventura sufrió el Síndrome de Alta Presión Nerviosa (HPNS), aunque no consiguió detenerla en su afán por obtener el récord.
Volvemos a Egipto para recuperar la historia de Saddam al-Kilany, un récord que también merece ser mencionado por su enorme complejidad. En noviembre de 2020 fue capaz de pasar nada menos que 143 horas debajo del agua, casi 6 días complejos de inmersión. En este tiempo durmió atado a unas cuerdas y se alimentó a base de líquidos, además, le dio tiempo a realizar una pintura submarina.
El buceo tiene una serie de normas que permiten su práctica con seguridad y que van cambiando según el nivel de experiencia de los usuarios. Para llegar a determinadas profundidades es necesario obtener una certificación que garantice que se está preparado para ello. Si te interesa aprender desde cero o ir mejorando sus habilidades, hoy en día puedes practicar buceo en Lanzarote con el centro de buceo MojoDive, donde tienen a instructores cualificados para todos los niveles y un emplazamiento único.
El buceo recreativo es el que se puede realizar sin tener mucha experiencia y para el cual no se necesita una titulación oficial especial. Es decir, si nunca antes has tenido contacto con esta disciplina, empezarás por ahí. Hay un límite de profundidad estipulado para que sea seguro y para minimizar las posibilidades de padecer enfermedad de descompresión (ED) u otros inconvenientes de la presión.
La mayoría de los centros tienen establecido un límite de 39 metros (130 pies) para esta modalidad. Aunque es un estándar muy apropiado para los principiantes, lo cierto es que no fue estipulado con una rigurosa base científica detrás.
Fue la Marina de los Estados Unidos la responsable de este límite en la década de los 50. Desde esta institución se otorgó un tiempo de 10 minutos a los buceadores de la Armada para hacer un descenso sin descompresión, precisamente, porque es un lapso temporal apropiado para poder hacer maniobras. A partir de entonces se tomó como referencia y es una marca que se emplea muy comúnmente en diferentes partes del mundo para estipular las fronteras del buceo recreativo.
¿Hasta dónde te puedes sumergir durante una inmersión? Estas son las limitaciones que debes tener en cuenta:
Cuando practicas este deporte con asistencia, que es lo habitual en estos niveles, el propio instructor o guía te detendrá cuando detecte que vas a llegar a dicha profundidad. De esta forma no tendrás que preocuparte por nada.
Si quieres aprender desde cero debes comenzar haciendo una experiencia de bautismo, que es una primera inmersión controlada destinada a tomar la temperatura de este deporte y decidir si es para ti. Después, lo mejor es tomar clases con instructores que estén acostumbrados a enseñar a los principiantes. A partir de ahí puedes ir conquistando nuevos horizontes y, quién sabe, tal vez batir un nuevo récord de profundidad en el futuro.